Flacidez facial: causas y mejores tratamiento
La flacidez facial o el descolgamiento facial es uno de los signos más comunes del envejecimiento. Y es que cuando se alcanza una determinada edad, la piel tienda a ceder y en muchas ocasiones deriva en lo que se conoce como flacidez facial o pérdida de firmeza del rostro. Esto ocurre, sobre todo, debido a la disminución de algunas fibras como el colágeno y la elastina, las cuales aportan esa resistencia necesaria a la piel para poder mantenerse firme.
Lamentablemente, este signo no es exclusivo de las personas mayores o tercera edad, también afecta a personas a personas más jóvenes que debido a determinado factores la piel puede resentirse precozmente ante los años.
A continuación, analizamos cómo se produce el descolgamiento facial, así como los mejores tratamientos para poner solución a este problema estético.
¿Qué ocurre exactamente con la flacidez facial?
El descolgamiento facial o flacidez facial tiene lugar cuando los pómulos, mejillas o cejas del óvalo facial pierden su firmeza dando un aspecto de descolgamiento. La desfiguración del óvalo facial se produce por diferentes razones que tienen que ver con modificaciones en la dermis, modificaciones en la capa subcutánea y modificaciones en los ligamentos de retención. Lo vemos con más detalle:
- En el caso de las modificaciones en la dermis, lo que ocurre es que esta se vuelve más fina y pierde las fibras elásticas —como la elastina— y las colágenas —el colágeno, propiamente dicho—. Ello provoca la pérdida de tesitura y elasticidad, dando lugar a que haya una mayor flacidez.
- En el caso de las modificaciones de la capa subcutánea, lo que ocurre aquí es que las almohadillas grasas que contornean la forma de la cara cambian de posición con la edad. Por un lado, la almohadilla malar baja y, por otro lado, el pómulo pierde proyección —acentuándose el surco nasal—.
- En el caso de las modificaciones de los ligamentos de retención, lo que ocurre es que estos se debilitan —concretamente del músculo masetero—. Esto provoca que la mejilla descienda ligeramente, dando lugar a la flacidez facial y a la modificación del rostro.
Otro de los factores que influyen en el descolgamiento facial —o flacidez facial— es la pérdida de tensión del Sistema Músculo-Aponeurótico Superficial —SMAS—. Este es el responsable de dar soporte a la piel. Así mismo, los músculos que se entrelazan con estos músculos se pueden destensar. Y es que no debemos olvidar que la cara tiene un total de 43 músculos, muchos de los cuales intervienen en las expresiones faciales, así como también para respirar y masticar.
Tratamientos para el descolgamiento facial
Podemos encontrar una gran cantidad de tratamientos para el descolgamiento facial y para recuperar el aspecto original del rostro. Aunque estos funcionan de diferente manera cada uno tiene su especialidad y con ellos lo que se busca es elevar los tejidos que se han visto afectados por la edad, así como tensar la piel, principalmente. Estos son:
- Linfting facial: Este tratamiento permite elevar los tejidos profundos descendidos con la edad y tensar la piel. El mismo se realiza incisiones ocultas sometiendo al paciente a anestesia local y sedación. Específicamente se lleva a cabo una incisión en la región preauricular y área de la patilla. Esta incisión se realiza exactamente al borde del pelo para que la cicatriz sea imperceptible con este. A continuación, se tira del Sistema Músculo-Aponeurótico Superficial y se hacen suturas circulares para conseguir el efecto lifting. Por último, se elimina la piel sobrante sin ejercer tensión, para que esta no quede demasiado estirada y el resultado sea más natural.
- Hilos faciales: Es un tipo de tratamiento que no necesita operación. Este se realiza con hilos tensores de polidioxanona. Tampoco necesitan anestesia local, únicamente crema anestésica, y los resultados son muy duraderos. Lo que se hace en este caso es realizar un análisis y un diseño de las zonas a tratar —en primer lugar—. Lo siguiente es colocar los hilos a nivel subcutáneo con una aguja muy fina. De esta forma se confecciona el rostro que se desea obtener, elevando, por ejemplo, las mejillas y las cejas.
- Prótesis o injertos: Otra de las técnicas para combatir los signos de la edad en el rostro es la aumentar los pómulos mediante prótesis. Esta técnica se aplica, sobre todo, a los pacientes que tienen los pómulos hundidos a causa de la edad. También pueden aumentarse con lipoingertos o lipotransferencias, así como con ácido hialurónico.
- Tratamiento Renuvion L-Plasma: Este tratamiento sirve para contraer las capas de la piel y el tejido graso subyacente. Lo que se consigue en este caso es la contracción del colágeno y de la elastina de la red fibroseptal del tejido graso y en la dermis para la contracción del tejido en todos sus niveles y en los lugares específicos.