Cómo encontrar un sofá cómodo y saludable que cuide nuestra postura
A la hora de seleccionar un sofá de calidad no sólo debemos tener en cuenta su estética y nuestros gustos personales, sino que resulta clave tener en cuenta la comodidad y la ergonomía del sofá que vayamos a escoger para prevenir futuros problemas de espalda. A continuación te presentamos los mejores consejos para ayudarte a encontrar un sofá cómodo y saludable que cuide tu postura.
Consejos para elegir un sofá ergonómico y saludable
Lo primero que debes valorar antes de escoger un sofá es el espacio que tienes disponible, para poder adaptar el sofá a tus necesidades de espacio de de descanso. Por ejemplo, los sofás de dos plazas suelen medir 180 centímetros de ancho y los de tres plazas 230 centímetros. Si quieres un sofá de cuatro plazas deberías contar con un salón de mayor tamaño, al menos de cuarenta menos cuadrados.
A la hora de encontrar un sofá cómodo y saludable que te permita cuidar tu postura y la de tu familia, debes valorar cómo son sus patas. Los modelos que llevan patas que es posible destornillar son mucho menos resistentes, y por tanto mucho menos cómodos y ergonómicos, de menor calidad. Los sofás que pesan muy poco y pueden moverse fácilmente tampoco son una buena opción, porque aunque a priori parezcan cómodos y sencillos de manejar, esto es una señal inequívoca de que son frágiles, y por tanto no son una buena alternativa. Los mejores sofás suelen contar con buenos esqueletos o armazones de madera maciza o de acero. Del mismo modo, sin duda la mejor alternativa para conseguir disfrutar de un sofá cómodo y saludable que cuide tu postura es encargar un sofá a medida en el que puedas elegir sus materiales, su tamaño, su formato y revisar su calidad. En https://biancosofas.com/ puedes encontrar muchos modelos diferentes completamente ergonómicos e interesantes para cuidar tu postura, así como personalizar tu propio sofá teniendo en cuenta todas tus necesidades.
A nivel de ergonomía debes valorar que muchos modelos parecerán cómodos a primera vista, pero esto no significa que sean ergonómicos, saludables ni que vayan a cuidar tu postura. Si de verdad estás buscando un sofá saludable debes valorar que cuando te sientes se adapte a la perfección a tu cuerpo sin obligarte a adoptar posturas forzadas y sin dejar tus piernas colgando o produciéndote incomodidad.
Un buen sofá saludable es aquel que recoge bien tu zona lumbar y que la protege al máximo. Del mismo modo, los sofás saludables te permitirán formar un ángulo recto entre tus caderas y tus rodillas, evitando siempre que la cadera quede por debajo de las rodillas.
Por otro lado, a la hora de encontrar un sofá cómodo y saludable que cuide tu postura debes valorar también los reposabrazos. Estos elementos del sofá deben estar siempre a la altura del codo. En cuanto al reposacabezas, es importante que quede a mitad de tu cráneo y que lo sujete bien, aportando comodidad y sin forzar el cuello, ya que esto podría provocar lesiones cervicales a largo plazo tras un uso prolongado.
Del mismo modo, los mejores sofás para tu salud serán aquellos que sean más blandos en la zona de las lumbares que en la parte del asiento, y tendrán que adaptarse perfectamente a tu peso sin hundirse en exceso. Evita los sofás excesivamente mullidos que se hundan demasiado, ya que, aunque en un primero momento puedan parecer muy cómodos, con el paso del tiempo harán que fuerces la postura y se convertirán en una alternativa peligrosa para tu salud lumbar. Para ello debe valorarse el relleno del sofá: los sofás de espuma son los más económicos y habituales, aunque si escogemos un sofá de espuma es clave que siempre sea de alta densidad.
En cuanto a la tapicería, a la hora de escoger un sofá es importante que ésta sea resistente y sencilla de mantener, pero que además nos aporte comodidad, salud y proteja nuestra piel. Una de las opciones más típicas es el algodón, ya que se trata de un material duradero y fresco y está disponible en multitud de colores, pero existen como alternativa fibras sintéticas de buena calidad que aunque son menos transpirables también pueden ser una buena opción.
Finalmente, para saber si un sofá resulta cómodo y saludable y va a proteger tu postura puedes aplicar los siguientes consejos. Primero que nada debes sentarte en el sofá que vayas a probar y mirar tus pies. Si al apoyar la espalda contra el respaldo del sofá tus pies cuelgan es que no es una buena opción a nivel de salud y postural para ti. Cuando te apoyes en el respaldo tienes que poder apoyar los pies en el suelo sin problemas.
Del mismo modo, tus caderas no deben quedarse más hundidas que tus caderas, porque en caso contrario te costará incorporarte. Esto resulta especialmente importante para las personas mayores o con movilidad reducida.
También debes prestar atención a la zona lumbar. Si apoyas la espalda en el respaldo del sofá debes notar que tus riñones están protegidos. Si crees que tu cuerpo se está deslizando hacia abajo ese sofá tampoco es una buena opción. Además, el sofá que elijas no debe presionarte en ningún momento la parte de atrás de la rodilla cuando te sientes.